Venganza, ambición, misterio, humor y mucho amor en los nuevos capítulos de la séptima temporada de la serie, que arrancará en 1975. La vida de Benigna ha dado un giro de 180 grados gracias a su hermano Fortunato, con el que decide ampliar el Hostal La Estrella y convertirlo en el Hotel La Estrella, un coqueto hotelito.

Los Asturianos han seguido al pie del cañón con su bar y el cuidado de sus hijos. A nivel económico las cosas no han ido bien para los Gómez y es que, para su desgracia, el Cascabel lleva un año llenándose hasta la bandera y dejando el Asturiano de capa caída. Durante ese tiempo Manolita y Marcelino no han dejado de apoyar a Pelayo, que resiste detrás de la barra con espíritu numantino pero, para seguir manteniendo a la familia, el matrimonio ha tenido que aceptar los empleos que Benigna, la propietaria del Hotel La Estrella les brindó en su negocio. Y la pérdida de clientela con el nuevo Cascabel será el menor de sus preocupaciones porque la amenaza para El Asturiano, y lo que es peor, para el barrio entero, es una importante familia de hoteleros, los De La Vega, de esas con contactos en todas partes y poco escrúpulos, que tienen pensado comenzar su expansión en el barrio empezando con el Hotel La Estrella.

Inmersos en el arranque de la Transición, una nueva revista satírica se abre en el barrio. Sus redactores y dibujantes pasarán a formar parte del día a día y a convivir con el resto de vecinos de la Plaza de los Frutos. Para no quedarse atrás, el Asturiano de Marcelino y Manolita también experimentará un lavado de cara, aunque igual el bar necesita algo más que eso. Los aires de modernidad también llegan al King’s Club, que apostará por números cabareteros. La llegada de Amelia, una joven que trabaja en el hotel por el día y que baila en el King’s por la noche, dará mucho de qué hablar.